Proyectan un centro de ocio hace 15 años y acaban construyendo… ¡un tanatorio!

Crónica de un tanatorio no anunciado.

MANOLITO EXPÓSITO – CÁCERES PRESS 2016

Mucho antes de que nuestra ciudad fuera candidata a Capital Cultural Europea 2016, por todos es sabido que durante los años 80 y 90, Cáceres fue referencia nacional en el ámbito cultural por su particular “movida”, como se puede ver en el documental “300 kilómetros suroeste”. Una ciudad en la que, en paralelo a lo que ocurría en Madrid, surgieron multitud de iniciativas culturales, infinidad de bandas de rock, fanzines, salas de exposiciones, etc. Cáceres estuvo incluso en el mapa de los grandes conciertos, acogiendo multitudinarios conciertos como los de Dire Straits, Sting o Peter Gabriel.

Fuentes populares ubican el nacimiento del botellón a mediados de los 80 en el Foro de los Balbos de Cáceres, extendiéndose posteriormente al resto de la Plaza Mayor y alrededores. Gente de toda la región e incluso de otros puntos del país viajaban hasta Cáceres para salir de fiesta.

Pero con el comienzo del milenio, el botellón cacereño comenzaba a ver el final de sus días, y entre disturbios y protestas, fuimos perdiendo muchas de las señas de identidad que habían caracterizado el ocio de la ciudad. Ya nada volvió a ser lo mismo y la ciudad comenzó a languidecer y a caminar hacia el tipo de ciudad insulsa que conocemos a día de hoy.
Finalmente, a partir del año 2003 el botellón se prohíbe por ley autonómica,  por lo que se empiezan a barajar diferentes opciones para el esparcimiento de los jóvenes cacereños, surgiendo varias propuestas de centros de ocio, para que tuvieran alternativas al botellón.

Una de ellas fue el antiguo matadero, situado en la Carretera de Malpartida , pero (¡qué raro en Cáceres!) diferentes problemas impidieron que se llevara a cabo.

Finalmente, se proyectó el Centro Comercial y de Ocio La Calera, que da título a este artículo y ubicado junto a la actual Estación de Autobuses. Dicho proyecto, nunca fue llevado a cabo, pero eso ya no es una sorpresa. No es nuestra ciudad aquella donde los proyectos fraguan a la primera…, bueno, ni a la segunda, ni casi nunca.

Para más inri y para poner la guinda a todos estos despropósitos, en el lugar donde se iba a construir el centro comercial y de ocio, finalmente se está construyendo un tanatorio, este hecho resulta muy ilustrativo de la deriva cultural de la ciudad, y es que parece ser que en Cáceres más que a capitalidad, huele a muerto.